Es el tratamiento de sanación que se hace por medio de los diferentes minerales, gemas o cristales naturales; ubicándolos en los centros energéticos la gema emite su energía, tomada directamente del sol o la tierra y restablece el flujo de energía del cuerpo, brindándole el equilibrio entre lo físico, mental y espiritual.
Proporcionándole además todos los beneficios terapéuticos para un bienestar integral por medio de la absorción de los bloqueos energéticos con que cuente el paciente.
“…Los cristales, al entrar
en contacto con nosotros, no alteran su energía sino que se mantienen estables;
quienes vamos modificando la energía somos nosotros. Se puede decir que el
cristal es una especie de catalizador de nuestra frecuencia. El aprendizaje es
recordar que nuestros cuerpos sutiles y nuestro cuerpo físico van a buscar el
estado de salud original, donde tu frecuencia vibratoria se corresponda con
aquella que trajo tu alma al nacer. Esto dependerá del punto evolutivo de cada
ser humano, de su singularidad. Nadie está más o menos avanzado que otro.
Nuestro progreso espiritual se realiza en forma de espiral y en ese avance
podemos despertar archivos de sabiduría que contiene nuestra alma.
La estructura molecular de los cristales está conformada por: estructura atómica, que nos enseña un orden, geometría sagrada, nos posibilita un crecimiento y la vibración del color, nos eleva y nos pone en contacto con los planos superiores, sin perder nuestras raices ; siendo tres características de pura armonía cósmica, por esto sanan los cristales, porque aunque no nos demos cuenta, el mero hecho de estar en su presencia, nos ubica frente a este diseño universal de energía y esto es lo que influye.
Sanar, es recordar quién uno
verdaderamente ES, y que ES con el universo. Ósea que es empezar a desplegar tu
sensibilidad y percibir que estas inmerso en el TODO, que no hay separación de
distancia, ni de tiempo.
"Los cristales son los
maestros que nos guían hacia nuestro poder sanador, nos ayudan a despertar
nuestros dones y a ponerlos en acción. Son el puente que une lo visible con lo
invisible, el mundo interno con las experiencias del mundo externo. Unen y
entrelazan todas las dimensiones, permitiéndonos acceder a realidades más profundas y verdaderas de nosotros mismos.
Nos ayudan a descubrir la energía que necesitamos para armonizarnos en cada
situación y nos van mostrando como
trasmutar nuestras resistencias y negaciones…” Alejandra Salatino.
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