Todo Reflejo de nosotros mismos es la memoria surgida de nuestras experiencias; todo lo que ocultamos: miedos, alegrías, ansiedades, éxitos, frustraciones, son el "Reflejo de nuestra Existencia". No existe nada en el absoluto que no se encuentre impreso... desde la gota de lluvia que cae a la tierra y la transforma, hasta el rebaño de ovejas que se sacrifica para sostener una familia.
Desde todos los tiempos el alma acumula patrones o secuencias que lo llevan a circunstancias de enfrentamiento con él mismo, a veces aceptadas, otras no tanto; sin embargo esta la lucha interna de cuales en realidad se deben seguir y cuales abandonar, son con las que el ser crece, pero no deja de la lado aquellas acciones o vivencias que le produjeron algún tipo de emociones fuertes, haciendo de estas sus propias frustraciones.
El reconocimiento de tales emociones, permite que el ser libere todas las fuerzas negativas que va a cumulando y que a la vez va estropeando su camino. La manera más fácil de darle continuidad al ser y no volverse un individuo oscuro y negativo, esta en poder ACEPTAR y COMPRENDER que su camino debe verse acuñado con devenires para poder crecer, encontrar su propósito y realizar sus metas.
Si aprende a transformar toda la energía negativa, sus errores en posibilidades, no vería más que un Reflejo Traslucido, lleno de opciones y no de desventajas.
La Matriz Divina es un campo
de energía que contiene todo lo que ocurre en el mundo, en nuestro interior y
en el exterior de nuestro cuerpo. Es un puente entre nuestras creencias y la
realidad que vivimos. De tal manera que esta es un Reflejo de aquellas.
A través de nuestras relaciones con los demás, nos
presenta los más claros ejemplos de lo que en realidad son esas creencias.
Independientemente de lo que nos enseñan nuestros espejos, es pasando tiempo
con los demás que se activan las emociones y los sentimientos apropiados, en el
momento preciso de nuestras vidas, para ayudarnos a sanar nuestras mayores
penas y nuestras heridas más profundas. Debido a que casi nunca nos quedamos
“estancados” en la alegría, las relaciones puramente agradables generalmente no
activan las lecciones más profundas de la vida.
Las relaciones son
nuestra oportunidad de vernos en todas las formas imaginables. Desde las
mayores traiciones a nuestra confianza, hasta los intentos más desesperados de
llenar nuestro vacío, todas las personas nos muestran algo sobre nosotros
mismos.
Si tenemos la
sabiduría de reconocer los mensajes que nos están siendo reflejados,
descubrimos las creencias que causan el sufrimiento en nuestras vidas.
Vivir en un universo en donde lo que sentimos respecto a nosotros se
refleja en el mundo que nos rodea, se convierte en algo importante a la hora de
reconocer lo que nos están diciendo nuestras relaciones.
Los Cinco Espejos Antiguos de Nuestras Relaciones
Los espejos de
nuestras relaciones listados en el orden en que por lo general los
aprendemos. Usualmente, los espejos más obvios son los que reconocemos
primero, permitiendo que el poder de los más profundos y más sutiles,
emerja y se aclare.
Primer espejo: Refleja el momento
¿Sabes que existe
una relación entre lo que hacemos y lo que pasa en el mundo? Si estás viendo
tus creencias representadas a través de tus espejos, entonces están ocurriendo
ahora mismo. ¿Qué estás viviendo ahora? ¡No es una casualidad, presta atención!
Éste es el valor de nuestros espejos, su inmediatez nos ayuda a comprender las
conexiones reales y subyacentes entre eventos en apariencia dispares.
Una vez que es
reconocido un patrón negativo puede ser sanado. Cualquier reflejo que veamos
nos brinda una oportunidad preciosa. Con mucha frecuencia descubrimos que los
patrones negativos reflejados en nuestras vidas están enraizados en uno de los
tres miedos universales: el miedo a la separación y al abandono, el miedo a no
tener autoestima, y el miedo a entregarnos y confiar.
Los animales son
grandes espejos para activar las emociones sutiles que llamamos
“problemáticas.” En la inocencia de ser lo que son, pueden encender poderosas
emociones de control y juicio respecto a la forma en que las cosas deberían o
no deberían ser. Los gatos son un ejemplo perfecto.
Segundo espejo: Refleja lo que juzgamos en el momento
Algunas veces, el reflejo del momento puede
estar mostrándonos algo más sutil de lo que estamos haciendo en nuestras vidas;
a veces nos revela lo que juzgamos en nuestras vidas. ¿Cuántas veces atraes a
tu vida personas que hacen ostensibles cualidades que te molestan
soberanamente?.... Porque si yo actuó con servicio y compromiso, no recibo lo mismo?... No entendía que atrajera a personas
poco serviciales y poco comprometidas. ¿Por qué la vida no me devolvía el mismo con el
que yo me entregaba en los diferentes proyectos?
¡Por fin lo comprendí! La
falta de servicio y compromiso de estos individuos activaban una carga emocional en mí
porque eso es precisamente lo que juzgaba constantemente.
El reconocimiento del juicio reflejado en una
relación es un descubrimiento poderoso, que tiene repercusiones que tocan cada
aspecto de la vida. Agradece a las personas que te ayudan a tomar
conciencia de esta lección.
Tercer espejo: Reflejo de lo que hemos perdido, entregado o nos han quitado
¿Alguna vez has sentido un magnetismo
inexplicable hacia otra persona o te acaban de presentar a alguien y sientes
que es como si le conocieras de toda la vida? Seguramente sí. Pues que sepas
que esa fuerza misteriosa hacia el otro, ese fuego que te hace sentir tan vivo,
¡no es el otro, eres tú!
Cada vez que confiamos lo suficiente como
para amar o darle cariño a alguien y esa fe es violada, perdemos un poco de
nosotros en la experiencia. Nuestra renuencia a exponernos de nuevo a dicha
vulnerabilidad es nuestra protección; es la manera en que sobrevivimos a
nuestras heridas más profundas y a las mayores traiciones.
La buena noticia es que esas partes nuestras
que parecen ausentes jamás se han ido del todo, simplemente están escondidas y
enmascaradas para salvaguardarlas. ¡Recuerda que la base de tu verdadera
naturaleza jamás puede perderse! Reconocer la forma en que la enmascaramos es
embarcarnos en un camino veloz hacia la sanación.
Por cada parte de nosotros que cedemos para
llegar a ser lo que somos, queda una vacío esperando ser llenado. Quizás te
estés preguntando qué necesidad tenemos nosotros de desprendernos de partes de
nosotros mismos para después pasarnos media vida buscándolas en otros. ¡Es una
cuestión de supervivencia emocional o física! (es posible que de niño
descubrieras que es más fácil permanecer en silencio que emitir una opinión
bajo el riesgo de ser ridiculizado o invalidado, ahí, por ejemplo, cediste una
parte de ti).
El caso es que cuando nos encontramos con
aquel que tiene las mismas cosas que hemos entregado, nos sentimos bien a su
lado, nos hace sentir enteros de nuevo. Por eso nos sentimos poderosa e
irresistiblemente atraídos hacia él, hasta que recordamos que nos sentimos tan
atraídos por algo que todavía tenemos en nuestro interior… solamente que está
dormido. En la conciencia de que seguimos poseyendo esas características y
rasgos, podemos desenmascararlos y reincorporarlos a nuestras vidas. Reconocer
nuestros sentimientos hacia los demás por lo que son, y no por lo que nuestro
condicionamiento ha hecho de ellos, es la clave del tercer espejo de las
relaciones.
Cuarto espejo: Refleja nuestra noche oscura del alma
La Noche Oscura del Alma es una época de tu
vida en que atraes una situación que representa lo que para ti son tus
peores miedos.
Hay una diferencia sutil pero significativa
entre dejar nuestros empleos, amigos y relaciones amorosas porque nos sentimos
completos y quedarnos con ellos por miedo ¡a que no haya nada mejor para
nosotros!
¿Cuántas veces te has aferrado a una relación
en la que no te encontrabas bien hasta esperar que llegase algo mejor? Este
apego puede ser causado por nuestra inconsciencia de lo que estamos haciendo, o
porque tenemos miedo de remover todo y enfrentar la incertidumbre de no saber
qué sigue después. Haz un ejercicio de honestidad y pregúntate ¿realmente estoy
dónde y con quién quiero estar o estoy, por dentro, pidiendo a gritos un cambio
y me siento frustrado porque no sé cómo compartir esta necesidad con las
personas cercanas a mi?
Es sólo cuando tenemos dichas experiencias sin comprender lo que son o
por qué las estamos viviendo, que podemos enfrascarnos en años, o hasta en
vidas, de un patrón que puede robarnos literalmente las cosas que más amamos…
incluyendo la vida misma
Se trata de la compasión hacia nosotros
mismos, hacia lo que somos y en lo que nos hemos convertido. ¿Cómo sería de
distinta tu vida si permitieras que todo lo que haces fuera perfecto tal como
es, sin importar como resulten las cosas? La excelencia consiste en hacer y
crear todo al máximo de tus capacidades, ¿puede haber algo más grandioso? No, a
menos que lo compares con algo distinto. La sanación más profunda de nuestras
vidas también se puede convertir en nuestro mayor acto de compasión. Es el
cariño que nos damos a nosotros mismos.
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